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viernes, 13 de marzo de 2015

Ultrasonidos para el alzhéimer

Según un estudio que publica la revista Science Translational Medicinevarios investigadores han conseguido un importante avance frente al alzheimer a través de ultrasonidos, consiguiendo eliminar las placas betamiloides en los ratones que se habían alterado genéticamente para que produjesen estas placas características del alzhéimer. 
Estas  placas  se relacionan habitualmente con el avance de la enfermedad, aunque algunos investigadores cuestionas si son ellas el origen de los problemas cerebrales que se manifiestan en el alzhémer. No obstante, según este estudio, su eliminación mejoraría la memoria de los ratones empleados en la investigación.

Tras el tratamiento de varias semanas, los ratones mejoraron espectacularmente su memoria, comprobándose que se eliminaban las placas en un 75%, sin daños aparentes en el cerebro. Ademas los ratones tuvieron mejores resultados en las pruebas de memoria, orientación y reconocimiento de objetos, a las que fueron sometidos antes y después de aplicarles el ultrasonido.


Los científicos del Instituto del Cerebro de la Universidad de Queensland, en Australia, exploraron las posibilidades para tratar de penetrar en el cerebro del ratón y erosionar la placa betamiloide. .Para lograrlo, se utilizo una prueba de ultrasonido combinada con microburbujas inyectadas en la sangre del ratón que vibran en reacción a las ondas emitidas para abrir temporalmente la barrera protectora del cerebro..Para el el profesor Gotz, uno de los autores del estudio, con este enfoque la apertura de la barrera sangre-cerebro es sólo temporal durante unas horas, por lo que restaura rápidamente su papel protector.

El análisis de los tejidos cerebrales reveló que la prueba de ultrasonido estimuló además las células del sistema inmunitario del sistema nervioso central (microglías), que contribuyeron a fagocitar las placas de betamiloides.

La técnica no puedes ser aplicada todavía en humanos, ya que se deben comprobar antes los efectos secundarios en animales más grandes que los ratones. El próximo paso que darán los científicos será probar la técnica en ovejas. y los resultados  no podran ser verificados antes de dos años. 

lunes, 10 de noviembre de 2014

Nueva investigación sobre la utilización de anticuerpos en el tratamiento contra el alzhéimer

Un estudio estadounidense publicado recientemente en la revista Science Translational Medicine ha demostrado que un anticuerpo estudiado  por su potencial para luchar contra  el alzhéimer  es capaz de cruzar la barrera sangre-cerebro en los primates. 

El estudio, realizado por  investigadores de la empresa de biotecnología Genentech San Francisco, sede de las actividades farmacéuticas de Roche en Estados Unidos, investigó un anticuerpo que se une a una enzima llamada BACE1,  y que está implicado en la producción de la proteína  beta-amiloide. Los científicos formulan la hipótesis de que el anticuerpo- que bloquea la actividad de BACE1- puede ser capaz de detener la producción de beta- amiloide, acumulado  en el cerebro y desencadenante de la enfermedad. 

A fin de que el anticuerpo pueda  alcanzar su objetivo en el cerebro, el equipo  necesitaba cruzar la barrera sangre-cerebro. Para lograrlo, se creo un anticuerpo "biespecífico" que no sólo une a BACE1 y bloquea su actividad, sino que también une a una proteína llamada receptor de la transferrina que normalmente la transporta  a través de la barrera sangre-cerebro 

Los científicos probaron este anticuerpo 'doble acción' en los primates, y encontraron que era capaz de cruzar la barrera sangre-cerebro sin efectos secundarios graves. Un análisis posterior mostró que los primates tratados con el anticuerpo tuvieron una disminución en la cantidad de beta-amiloide presente en el líquido cefalorraquídeo y en el cerebro.

Según el Dr. Eric Karran, Director de Investigación del Alzheimer Research UK, ésta investigación es un desafio clave en el desarrollo de fármacos contra el alzhéimer y pone de relieve un método para aumentar la penetración de los anticuerpos en el cerebro que podrían reducir la producción de beta-amiloide. Las investigaciones futuras deberían investigar si este método sería seguro y eficaz para las personas. Existen otros fármacos actualmente en ensayos clínicos que se dirigen a BACE1, y este enfoque alternativo tendrá que someterse a pruebas exhaustivas para determinar si este tratamiento puede ayudar  realmente a combatir el alzhéimer.

jueves, 6 de marzo de 2014

Biomarcadores del alzhéimer disminuyen según se va desarrollando la enfermedad


Gracias al trabajo publicado en la revista Science Translational Medicine se ha conocido que los prometedores bimarcadores que se encuentran en fase de estudio para detectar precozmente el alzhéimer parecen sufrir un cambio a medida que los pacientes desarrollan síntomas de la enfermedad. La información puede resultar clave para comprender cómo actúan los actuales tratamientos según ha explicado la autora de la investigación, Anne Fagan, quien asegura que las "alteraciones en los niveles de dichos biomarcadores será uno de los criterios que utilicemos para evaluar el éxito o el fracaso de los fármacos, pero antes necesitamos saber cómo se comportan normalmente en ausencia de tratamiento".

Desde hace unos años se sabe que los niveles de los marcadores de lesión neuronal se incrementan en el líquido cefalorraquídeo durante una década o más antes de la aparición de la demencia. 

Fagan y sus colegas estudiaron los datos de la Red de herencia dominante de Alzheimer (DIAN), un proyecto de investigación multinacional de la Universidad de Washington. Todos los participantes de DIAN provienen de familias afectadas por las mutaciones genéticas que causan formas hereditarias poco comunes del alzhéimer. Los portadores de la mutación de su familia pueden desarrollar síntomas de deterioro mental ya desde los 30 años. Los investigadores analizaron los datos de ésta base de datos y se han centrado en tres biomarcadores relacionados con las lesiones en las muestras de líquido cefalorraquídeo de 26 participantes del estudio que eran portadores de la mutación causante.

Dos de los biomarcadores,la proteína Tau CSF (t-tau) y la tau fosforilada (P-tau), son los responsables de la formación de los ovillos neurofibrilares observados en los cerebros de pacientes con alzhéimer, y el tercero es un sensor de calcio neuronal llamado VILIP-1. Los niveles de los tres biomarcadores aumentan después de que las neuronas se lesionen y están vinculados con el declive de la función cognitiva. La evidencia sugiere que a medida que progresa la enfermedad, las neuronas que mueren liberan los biomarcadores en el líquido cefalorraquídeo. Los investigadores comprobaron que los niveles de los biomarcadores se incrementaron en los participantes que todavía no habían desarrollado demencia, pero también encontraron que en la mayoría de los participantes que sí tenían demencia, la cantidad de los tres biomarcadores disminuyó con el tiempo. La caída era relativamente pequeña, pero consistente y estadísticamente significativa. "Los datos son muy interesantes, sobre todo teniendo en cuenta que estudios previos han demostrado que otros indicadores de la enfermedad de Alzheimer, como la contracción del cerebro, se mantiene después de la aparición de la demencia", señala Fagan.

Los investigadores intuyen que el aumento de los niveles de los biomarcadores antes de la enfermedad probablemente refleja una etapa intensa de muerte celular, mientras que la disminución de los niveles indica una desaceleración de este proceso. Sin embargo, también es posible que dichas reducciones sean el resultado de una disminución en el número de células cerebrales vivas que aún no han sido eliminadas por el alzhéimer.

En cualquier caso, como señalan los autores del este trabajo, hace falta más investigación para saber si los niveles de los biomarcadores se someten a un cambio similar en los pacientes con las forma más común de la enfermedad, que generalmente es diagnosticada en edades mucho más avanzadas.