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martes, 28 de mayo de 2013

Maltrato a una enferma de alzhéimer

Una cuidadora pegaba y vejaba a una anciana con alzheimer porque no comía

Los hijos de la víctima, de 86 años, denunciaron gracias a una vecina que fue testigo de los malos tratos

22.05.2013
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t. domínguez/r. ferrando Valencia 

La Policía Nacional ha detenido en Valencia a una mujer de 46 años que durante un tiempo indeterminado habría estado maltratando a la anciana impedida y con alzheimer que cuidaba en un piso del distrito de Trànsits. El arresto ha sido posible gracias a que una vecina dio la voz de alerta al ser testigo de alguno de los episodios de vejaciones hacia la mujer, que tiene 86 años, apenas habla, tiene la movilidad limitada y permanece constantemente en la cama. El juez ha dejado en libertad con cargos a la acusada.
Los hechos, según informó ayer la Jefatura Superior de Policía de Valencia, fueron descubiertos gracias a la intervención de una vecina de la anciana, que fue testigo de algunas de las vejaciones sufridas por la anciana, de modo que alertó a los hijos de la víctima. Al parecer, la abofeteaba, la zarandeaba y le forzaba a abrir la boca porque tenía dificultades a la hora de comer, e incluso le limpiaba la cara a golpes de trapo.
Según informó ayer la policía, los hijos no habían sido conscientes de la situación porque ante ellos la cuidadora, sin antecedentes hasta ahora, se mostraba muy cariñosa y atenta con la anciana. 
Sin embargo, al ser alertados por la vecina encontraron sentido a algunas lesiones detectadas en su madre, tales como hematomas en las sienes, heridas en la nariz, escoriaciones en las mejillas, arañazos y labios inflamados.
Hasta ese momento, cuando preguntaban a la cuidadora, de Marruecos, ésta argumentaba que esas lesiones eran producto de los golpes que la mujer se propinaba involuntariamente contra la barandilla protectora de su cama, versión que la víctima no podía rebatir por sus dificultades para hablar y por las limitaciones causadas por la enfermedad neurodegenerativa que padece desde hace años.
Además, en varias ocasiones los hijos tuvieron que ir a una óptica para arreglar las gafas de su madre, tras encontrarlas completamente desajustadas a pesar de la escasa capacidad de movimiento de la mujer
Una vez presentada la denuncia, el caso pasó a manos del grupo de Menores (Grume) de la Policía Nacional, dada la vulnerabilidad de la víctima -equiparable a la de un niño-. Tras comprobar las acusaciones y reunir las pruebas necesarias, los agentes acudieron a la casa y detuvieron por un presunto delito de maltrato habitual a la sospechosa, quien, al parecer, solía aplicar cremas en las heridas y los hematomas para tratar de disimularlos. Los agentes pidieron la presencia de una unidad de hospitalización domiciliaria del hospital que le corresponde a la víctima para que acudiesen al domicilio y valorasen la situación higiénicosanitaria de la mujer de cara a la elaboración del atestado policial.
La detenida quedó en libertad, acusada de un presunto delito de lesiones, tras ser escuchada en declaración por el juez de Instrucción número 7 de Valencia, quien además dictó una orden de protección que le impide a la acusada acercarse a menos de 300 metros de su víctima y ponerse en contacto con ella por cualquier medio.

Mi opinión

Desgracidamente, no es la primera vez que la prensa se hace eco de un caso de maltrato fisico a un enfermo de alzhéimer. En este ocasión el medio de comunicación describe con verdadero detalle las lesiones de la victima, señalando además la nacionalidad de la acusada, dato perfectamente prescindible y que, sin embargo, podría generar un comportamiento xenófobo hacia otros cuidadores extranjeros.
El periodista no solo debe informar de los hechos sino que debe tambien dar a conocer todos aqellos instrumentos y controles que ayuden a la familia a reconocer e interpretar algunos signos de posibles malos tratos.
Las propias caracteristicas del alzhéimer que supone la degradación física y psicológica del enfermo, conforman una situación de especial riesgo, a la que no es inmune el cuidador sometido a sobrecarga. Es, por tanto, necesario identificar las situaciones de riesgo o algunos cambios de comportamiento en el enfermo que pueden suponer una alarma. Sólo el interrogatorio y la exploración sistemáticos garantizarán la identificación de los casos. Al respecto es interesante la lectura del siguiente artículo en el que se expone de forma clara como identificar posibles abusos o maltratos.

lunes, 20 de mayo de 2013

Nueva mirada cinematográfica sobre el alzhéimer

Desde las primeras imagenes de La demora (Uruguay-México-Francia; 2012) el director mexicano-uruguayo Rodrigo Plá  nos presenta  no solo la desnudez humillada del anciano con principios de alzhéimer  que depende  de otros  hasta para lo más intimo y cotidiano, sino tambien la frustración y el agotamiento de la hija,divorciada y  madre de tres hijos en edad escolar. El lenguaje visual y dramático que ha desarrollado el realizador mexicano-uruguayo Rodrigo Plá estremece por su concisión.

El título evoca esa muerte que no llega a tiempo, pero Plá evita cualquier concesión melodramática, tiene clara la diferencia de lo que significa manipular las emociones del público con faciles chantajes y lo que es provocar emociones auténticas; pero la responsabilidad queda a cargo del espectador, que llore o que se cierre.
Rodrigo Plá sólo expone la realidad, el caso de tantos en esta sociedad donde  se  desprecia la sordidez de la vejez y la enfermedad; el espacio físico y la cámara con sus acercamientos claustrofóbicos pone en evidencia la ausencia de soluciones a un problema al que tarde o pronto, todos nos acabaremos enfrentando.

Basada en un cuento de Laura Santullo, esposa del cineasta y autora del guion, la pelicula  evita caer en la sordidez de la misma manera que sortea el sentimentalismo; a pesar de la angustia  de la hija o la mirada asustada del desmemoriado padre, se trata de encontrar en cada personaje la dignidad que cada ser humano no deja de poseer mientras vive. 
Al igual que  Amor de Michael Haneke; esta producción cinematografica intenta plantear nuevas preguntas  frente al sufrimiento de lo inevitable, la incertidumbre de un futuro sin memoría y los conflictos morales que, inevitablemente, estas realidades acaban generando. 
La cinta, que se estrenó a principios de este mes de mayo en   la Ciudad de México, ha sido reconocida en distintos certámenes como el de Cuba, Biarritz, Bombay y  Berlín, donde se hizo acreedora en 2012 al premio de los lectores del diario Der Tagesspiegel y del reconocimiento del Jurado Ecuménico de la Berlinale.
 




viernes, 1 de febrero de 2013

La imagen del alzhéimer en el cine




En infinidad de ocasiones el cine se ha asomado al dolor y al sufrimiento, a la desmemoria y al vacío de modo que, desde sus inicios y aun sin pretenderlo, ha posado diferentes miradas sobre la enfermedad de Alzheimer, valiéndose del gran arsenal del que este arte dispone.
La alteración del proyecto vital que acompaña a la enfermedad es comprendida y contada a los espectadores a través del cine. Desde la sala de butacas, los espectadores son capaces de identificar y empatizar con los sentimientos que se muestran de forma verosímil aunque no necesariamente reflejen situaciones reales.
El cine se presenta entonces como una posibilidad de acercamiento a una realidad, que como la muerte ha sido temida y escondida en nuestra sociedad hasta hace muy poco. Aun siendo algo objetivo, el análisis de esta realidad no puede ser meramente racional. Las imágenes aportan un saber emocional, simbólico y metafórico, a la vez que concreto y particular.

Para poder comprender el dolor y el sufrimiento ajeno o las distintas opciones que los seres humanos eligen ante la enfermedad o la muerte no es suficiente un acercamiento teórico. Al ser contenidos muy comprometidos emocionalmente, el cine permite ver el sufrimiento con una cierta distancia afectiva, pero implicándose al empatizar con lo visto y oído. En las películas, el componente humano y la vulnerabilidad ante el dolor son trascendentales, y se hace patente el impacto personal, familiar y social de la enfermedad y la muerte. Así, las emociones provocadas por el cine movilizan nuestras creencias y opiniones y facilitan la comprensión racional y afectiva de las experiencias ajenas.
El séptimo arte se presenta como una valiosa herramienta para conocer la enfermedad y generar un conocimiento más profundo y en algunos casos mucho menos dramático,convirtiendose así un instrumento tremendamente útil para pensar críticamente y romper algunos esquemas predeterminados.
Dicho esto, considero interesante mostrar algunos de los titulos  de aquellas producciones cinematográficas que mejor se han ocupado, desde mi punto de vista, de la realidad de la EA. En una proxima entrada ampliaré el porqué de ésta elección.