miércoles, 29 de mayo de 2013

Cautela y precisiones ante el uso de bexaroteno para el alzhéimer

Cuatro equipos de investigadores norteamericanos anunciaron el pasado domingo 26 de Mayo que habían sido incapaces de reproducir un estudio publicado en 2012 presentado como un avance en la lucha contra la enfermedad del Alzheimer.

“Queríamos reconstituir este estudio para ver si podíamos aprovecharlo, pero no lo hemos logrado”, ha declarado David Borchelt, profesor de Neurociencias de la Universidad de Florida, quien consideró necesario hacer público este fracaso. “ Quizás debamos tomar ciertas precauciones antes de proseguir, por la seguridad de los pacientes”, precisó.


En Febrero de 2012, un equipo de investigadores anunciaba el descubrimiento por el cuál un medicamento contra el cáncer era capaz de restaurar rápidamente las funciones cerebrales de ratones de laboratorio enfermos de alzhéimer. Este anticancerígeno, la bexarotena, no solamente hizo desaparecer hasta el 75 % de las placas beta-amiloide (una forma de proteína cuya acumulación es una de las principales características patológicas de la EA), si no que además invirtió los síntomas de la enfermedad, como la pérdida de memoria.



Este estudio publicado en Science indicaba que el fármaco bexaroteno, aprobado para el tratamiento del cáncer desde hace una década, había conseguido revertir en 72 horas los efectos de la enfermedad de Alzheimer en ratones. Según los responsables de dicho estudio la investigación podía generar enormes expectativas.


“Estábamos sorprendidos y maravillados”, reconocía entonces el autor principal del trabajo, Gary Landreth, profesor de Neurociencias en la Case Western Reserve University School of Medicine, en Ohio. “Nunca jamás habíamos visto algo parecido”. Sin embargo, cuatro artículos de la revista Science , en su edición del 24 de Mayo en su apartado de observaciones técnicas,  distintos grupos de investigación internacionales asentan un duro golpe a la credibilidad del primer trabajo, puesto que anuncian no haber sido capaces de reproducir los resultados.

Para tres de los mencionados equipos, los ratones tratados con bexarotena no presentaban ningún efecto en lo que se refiere a sus placas amiloides. El cuarto grupo de investigación apercibió, sin embargo, una mejora en la salud mental de los ratones aunque no pudieron confirmar que fuese debida al tratamiento, como precisó Ilya Lefterov, profesora de la Universidad de Pittsburgh. Estos nuevos estudios deberían servir de alerta para los médicos que quisieran recetar la bexarotena como tratamiento a sus pacientes de Alzheimer, como puntualizan sus investigadores

La bexarotena, también conocida como Targretin, fue aprobada en 1999 por la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos como tratamiento del cáncer de piel, aunque también es utilizada por los médicos como fármaco contra el alzhéimer, a pesar de los graves efectos secundarios que puede provocar. Así lo lamenta Robert Vassard, profesor de biología celular y molecular en la Universidad de Feinberg, quien ha hecho un llamamiento al cese inmediato de esta práctica.

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