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miércoles, 3 de diciembre de 2014

Posible respuesta a la relacion entre golpes cerebrales y alzhéimer




Según la investigación publicada ayer en  la revista Journal of Neuroscience podría haber  una clara asociación entre las lesiones cerebrales traumaticas  y el riego de desarrollar  alzhéimer.
El estudio  muestra que los golpes en la cabeza deterioran el sistema de eliminación de residuos del cerebro, denominado sistema glinfático, descubierto recientemente. En ausencia de una limpieza adecuada, las proteínas tóxicas pueden acumularse propiciando así  la aparición de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer o la encefalopatía traumática crónica, caracterizada por cambios neuroconductuales y -al igual que en el alzhéimer-  una acumulación significativamente alta de proteína Tau fosforilada en el cerebro.
"La lesión cerebral traumática en los primeros primeros años de vida es un factor de riesgo para el desarrollo posterior de demencia - destaca Maiken Nedergaard, principal autora del trabajo y codirectora del Centro Traslacional de Neuromedicina de la Universidad de Rochester (URMC)-. porque estas lesiones activan una cascada de acontecimientos que impiden al cerebro eliminar los residuos, lo que permite a proteínas como tau extenderse por todo el cerebro y, finalmente, llegar a niveles tóxicos.".El cerebro cuenta con su propio sistema de “recogida de basurasporque está aislado del resto del cuerpo por  la barrera hematoencefálica, que cuenta con un complejo sistema de puertas blindadas para controlar las entradas y salidas. Por eso no admite el acceso al sistema de eliminación de desechos del resto del cuerpo.
 La Dra. Nedergaard y su equipo demostraron en ratones que el cerebro posee una especie de sistema de tuberías superpuesto a los vasos sanguíneos (un tubo dentro de otro tubo). Este sistema bombea el fluido cerebroespinal que   rodea el cerebro, a través del tejido cerebral para lavar los residuos almacenados en los espacios que quedan libres entre las células. Este sistema de limpieza cerebral trabaja fundamentalmente mientras dormimos y se deteriora con la edad.
"El fracaso del sistema glinfático puede ser una de las razones por las que el envejecimiento del cerebro es tan vulnerable a enfermedades como el alzhéimer", explica Jeffrey Iliff, miembro del equipo de  Nedergaard. Estos cambios propios de la edad pueden ocurrir también en etapas tempranas si el cerebro sufre golpes: “Es sorprendente que los mismos cambios que vemos en el envejecimiento del cerebro se reflejan en el cerebro joven después de una lesión cerebral traumática. Lo que sugiere que estos eventos pueden ser el nexo común a la neurodegeneración asociada a la edad y al trauma cerebral ".
Se sabe que la proteína Tau desempeña un papel importante en el daño a largo plazo al cerebro después de un trauma, su misión  es estabilizar las prolongaciones que las células nerviosas (axones) envían para comunicarse con sus vecinas. En concreto la  Tau ayuda a regular el transporte de moléculas en las células nerviosas, fundamental para la transmisión de los impulsos nerviosos.
Con los golpes fuertes, un gran número de estas proteínas estabilizadoras dejan de cumplir su función, salen de los axones y se depositan entre las células del cerebro formando acúmulos (ovillos) cada vez mayores que pueden llegar a ser tóxicos. En circunstancias normales, el sistema glinfático puede eliminarlas. Sin embargo, en los cerebros de ratones con lesión cerebral traumática, las células encargadas de llevar a cabo esta limpieza, denominads astrocitos, son incapaces de regular adecuadamente el proceso de eliminación. 

"Este estudio parece indicar que el sistema de limpieza del cerebro es muy delicado y que los pequeños cambios en la organización de los canales de agua -acuaporinas- pueden hacer que se pierda la función", resalta Nedergaard. Mucho tiempo después de la lesión, los investigadores observaron que el exceso de proteína Tau no estaba siendo retirado del cerebro de los roedores y comenzaba a formar agregados.

Además, los investigadores pusieron a prueba la memoria y habilidades cognitivas de los roedores que habían sufrido lesiones que deterioraron su sistema de limpieza cerebral. Y vieron que tenían peores resultados que los controles, que no habían sufrido daños.
"Durante mucho tiempo, hemos visto las enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer como un problema de suministro. Esto significa que creíamos que el cerebro estaba produciendo proteína Tau o amiloide en exceso. Sin embargo, parece que en última instancia pueden estar vinculadas a un problema de limpieza de residuos, donde algo está impidiendo al sistema glinfático la eliminación de los residuos de forma eficiente", resaltan los investigadores.