La Oficina de Defensa del Anciano en Gijón emitió ayer un comunicado de prensa en el que exige que los servicios de Sanidad pública se hagan cargo de las personas que sufren alzhéimer. "No se puede tolerar la estafa masiva de que las residencias de ancianos hayan mutado en una suerte de hospitales clandestinos", señala el portavoz de la Oficina, Marcelino Laruelo Roa.
El comunicado surge pocos días de producirse el trágico suceso registrado en el municipio asturiano de Castrillón, donde una enferma de alzheimer de 83 años fue asesinada por su marido, de 86 años. El hombre, tras matarla, se suicidó lanzándose desde la azotea del edificio en el que residían.
En su escrito, el portavoz de la Oficina recuerda la historia del escritor austriaco Stephan Zweig, quien se suicidó junto con su mujer porque "les pareció que era demasiado sufrimiento".
Laruelo Roa relata lo terrible de la enfermedad, en la que la sufren "empiezan arrancándose los botones de la ropa y acaban arrancándose sus propios dientes, hacen sus necesidades por sí, se resisten a comer y beber, y pueden pasarse la noche dando gritos y arañando las paredes".
Por eso, ha considerado que un país como España, que "mantiene tropas en lugares remotos de Asia y deportistas de élite", no puede permitir que los ancianos enfermos de alzhéimer se vean sometidos a sufrir una "discriminación sanitaria", en lo que supone un "maltrato y saqueo de sus pensiones y ahorros".
"Una persona de ochenta y seis años está para que le cuiden,máxime en un país con seis millones de parados y toda la juventud sin empleo", asegura el autor del comunicado en el que califica de "obtusos" a los que ven en el suceso de Castrillón un acto de violencia machista.
"Si algo hay que condenar es la violencia burocrática y la necedad de los gobernantes que aboca a los ancianos, y no sólo a los ancianos, a tomar decisiones dramáticas e irreparables. Porque tan alto grado de desesperación no es sino una muestra del sistema y sociedad inhumanas que desde el poder tratan de imponernos", concluye el escrito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario