Según sugiere el artículo publicado ayer en The British Medical Journal el uso a largo plazo de benzodiazepinas para problemas de ansiedad y de sueño puede
estar relacionado con el riesgo de padecer alzhéimer.
El equipo de
investigadores con sede en Francia y Canadá se propuso investigar la relación
entre el riesgo de la enfermedad y la toma
de benzodiazepinas durante varios
años, así como una posible relación dosis-respuesta.
Utilizando datos de la base de datos del programa de seguro
de salud de la región canadiense de Quebec (RAMQ), los investigadores siguieron el desarrollo de la
enfermedad en una muestra de residentes de edad avanzada a los cuales se había prescrito benzodiazepinas.
Durante un período de al menos seis años, se identificaron
1.796 casos de la enfermedad de Alzheimer. Posteriormente se comparó cada caso con 7.184
personas sanas agrupados por edad, sexo y duración del seguimiento.
Los resultados muestran que el uso de las
benzodiazepinas durante tres meses o más se asocia con un mayor riesgo (hasta
un 51%) de padecer alzhéimer. La asociación se incrementa con la exposición más larga y con el uso de las benzodiacepinas de acción
prolongada en lugar de los de acción corta.
La investigación hace hincapié en que la naturaleza de la relación aún no es
definitiva, pero alerta sobre la fuerte asociación observada con el consumo durante largo plazo.
Las benzodiazepinas son para los investigadores, "valiosas
herramientas para el manejo de los trastornos de ansiedad y el insomnio
transitorio", pero advierten que los tratamientos "deben
ser de corta duración y no superior a tres meses."
La profesora Kristine Yaffe, de la Universidad de California en San Francisco recuerda que ya en 2012 la Sociedad Americana de Geriatría al actualizar su lista de medicamentos inapropiados para los adultos mayores incluyó las benzodiazepinas precisamente a causa de sus efectos secundarios cognitivos no deseados.