Una investigación sobre posibles biomarcadores, realizada por un equipo del King College de Londres, dirigido por el profesor de la Universidad de Oxford, Simon Lovestone, y recientemente publicada en la revista Alzheimer&Demencia ha logrado identificar un grupo de 10 proteínas en la sangre que pueden ayudar a predecir, con un 87% de precisión, la aparición del alzhéimer.
El estudio, producto de una colaboración internacional liderada por el Kings College de Londres ha llegado a este hallazgo después de utilizar muestras de sangre de 1.148 personas, 476 de las cuales padecían alzhéimer, 220, deterioro cognitivo leve y 452 sanas. Se analizaron 26 tipos de proteínas, encontrando que 16 de ellas estaban fuertemente ligadas a la contracción del cerebro y, concretamente, 10 eran capaces de predecir si las personas con deterioro cognitivo leve podrían desarrollar alzhéimer en un año.
El coste de esta prueba -que podría estar disponible en un años- oscilaría entre 175 y 375 euros, tal y como asegura una noticia publicada en el diario digitalThe Guardian, que recuerda el reciente compromiso de David Cameron tras anunciar una campaña para buscar nuevos fármacos para la demencia.
Según afirma el Dr. Abdul Hye, otro de los principales autores de la investigación "hay miles de proteínas en la sangre y, gracias a este estudio que es la culminación de muchos años de trabajo, hemos localizado cuáles son clínicamente relevantes"
Para muchos investigadores, este nuevo hallazgo supone un paso más en el búsqueda de biomarcadores fiables y sencillos que no entrañan riesgos y son perfectamente asumibles económicamente pero reconocen, como los propios autores de la investigación, que los resultados deben ser confirmados en estudios más amplios antes de que ese tipo de determinación analítica pase a formar parte de la práctica clínica diaria. Si la precisión es de un 87%, significa que una de cada 10 personas obtendría un resultado incorrecto, por lo que es necesario mejorar la precisión.
Por otra parte, en opinión de los expertos, este estudio puede ser útil para seleccionar a pacientes para los ensayos clínicos de tratamientos experimentales que tienen como objetivo detener la progresión de la enfermedad. Hoy por hoy, la mejor forma conocida de enfrentarse a la enfermedad.
El estudio, producto de una colaboración internacional liderada por el Kings College de Londres ha llegado a este hallazgo después de utilizar muestras de sangre de 1.148 personas, 476 de las cuales padecían alzhéimer, 220, deterioro cognitivo leve y 452 sanas. Se analizaron 26 tipos de proteínas, encontrando que 16 de ellas estaban fuertemente ligadas a la contracción del cerebro y, concretamente, 10 eran capaces de predecir si las personas con deterioro cognitivo leve podrían desarrollar alzhéimer en un año.
El coste de esta prueba -que podría estar disponible en un años- oscilaría entre 175 y 375 euros, tal y como asegura una noticia publicada en el diario digitalThe Guardian, que recuerda el reciente compromiso de David Cameron tras anunciar una campaña para buscar nuevos fármacos para la demencia.
Según afirma el Dr. Abdul Hye, otro de los principales autores de la investigación "hay miles de proteínas en la sangre y, gracias a este estudio que es la culminación de muchos años de trabajo, hemos localizado cuáles son clínicamente relevantes"
Para muchos investigadores, este nuevo hallazgo supone un paso más en el búsqueda de biomarcadores fiables y sencillos que no entrañan riesgos y son perfectamente asumibles económicamente pero reconocen, como los propios autores de la investigación, que los resultados deben ser confirmados en estudios más amplios antes de que ese tipo de determinación analítica pase a formar parte de la práctica clínica diaria. Si la precisión es de un 87%, significa que una de cada 10 personas obtendría un resultado incorrecto, por lo que es necesario mejorar la precisión.
Por otra parte, en opinión de los expertos, este estudio puede ser útil para seleccionar a pacientes para los ensayos clínicos de tratamientos experimentales que tienen como objetivo detener la progresión de la enfermedad. Hoy por hoy, la mejor forma conocida de enfrentarse a la enfermedad.