Mostrando entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Cine. Mostrar todas las entradas

domingo, 18 de enero de 2015

Mirada cinematográfica sobre el alzhéimer de inicio temprano

Basada en la novela del mismo nombre de la neuróloga Lisa Genova  la película  Siempre Alicía se ha estrenado  en España este fin de semana.




Interpretar el dolor y la impotencia en todas las fases de la enfermedad de Alzheimer le ha valido a Julianne Moore el Globo de Oro 2015 a la mejor actriz de drama por su papel protagonista en una película cuya originalidad reside en la pormenorizada descripción del proceso de deterioro de una enferma diagnosticada de alzhéimer temprano.

El talento indiscutible de Moore logra reflejar las diferentes etapas de la enfermedad de una manera creíble y conmovedora, mostrando muy bien el impacto que el diagnóstico de la enfermedad provoca en una todavía joven y activa profesora universitaria de lingüística y en su entorno familiar.
Cabe señalar respecto al alzhéimer temprano o precoz que éste se manifiesta antes de los 65 años, supone menos del 5% de la totalidad de los enfermos afectados y- tal y como señala la película- en muchos casos son determinados genes los responsables de esta aparición precoz por lo que algunas veces se conoce también como alzhéimer hereditario.

Durante más de tres décadas se viene realizando un interesantisimo estudio con el foco poblacional más grande del mundo con alzheimer hereditario de inicio precoz, causado por la mutación E280A en Presenilina-1. que reside en el departamento de Antioquia en Colombia.

En este grupo poblacional se han reconstruido más de 200 historias de demencia de inicio precoz y han asistido a evaluación médica, neurológica y cognitiva casi 3000 personas.
Más de 100 de los portadores vivos padecen de demencia o de deterioro cognitivo leve, mientras que otros 588 portadores vivos son asintomáticos pero sufrirán irremediablemente la enfermedad en los próximos años si no se encuentra una solución preventiva para la misma. Por ello el estudio de esta población supone una ventana privilegiada para el estudio de opciones terapéuticas para la prevención del alzhéimer en la fase preclínica y para estudiar el alzhéimer de inicio tardío que afecta a más de 30 millones de personas en el mundo.

martes, 11 de marzo de 2014

Arrugas, la animación humana del alzhéimer

Arrugas, el filme de animación que recibió dos Goyas en 2012, a la mejor película de este género y al mejor guión adaptado, no es solo una enternecedora historia centrada en un jubilado que empieza a sufrir síntomas de alzhéimer y acaba ingresado en una residencia de ancianos, es sobre todo un relato sobre la necesidad de los amigos para seguir construyendo la vida aun en el caso de que ésta sea ya una suma de perdidas.

Una historia sobre el desamparo y la soledad, pero tambien sobre el derecho a la dignidad que todo ser humano debería tener hasta el final de sus días.

El largometraje de animación, dirigido a un público adulto, está basado en el cómic homónimo de Paco Roca, galardonado con el Premio Nacional de Cómic 2008. Narra las vicisitudes de Emilio, el jubilado que llega al geriátrico en la primera fase de la enfermedad de Alzheimer, y de Miguel, su compañero de habitación. Juntos idean un disparatado plan para intentar que los médicos no detecten el progresivo deterioro cognitivo de Emilio, con el fin de evitar que lo trasladen a la temida planta superior de la residencia, reservada a los ancianos que ni siquiera recuerdan su propio nombre.

La película del director Ignacio Ferreras es, en mi opinión, una estupenda adaptación de la obra gráfica de Paco Roca, que consigue no desaprovechar las muchas posibilidades que tiene para hacernos reír a pesar de ser una tremenda historia dramática. Por ello resulta tan próxima y emocionante que desde las primeras imágenes reconocemos auténticos personajes humanos aunque solo se muestren como dibujos animados.




miércoles, 29 de mayo de 2013

El robot como compañia






CINE | Estreno el 24 de mayo

'Un amigo para Frank', la improbable amabilidad del Alzheimer


 Frank (Frank Langella) y su robot (interpretado por Rachael Ma).

'Un amigo para Frank' es la ópera primera de Jake Schreier, un película con un guión, un presupuesto y un apretado plan de rodaje (20 días) que hacen de ella una aventura independiente. No obstante, la cinta cuenta con cuatro caras bonitas de la industria que arrastrarán a más de un espectador a las salas: Frank Langella ('El Desafío: Frost contra Nixon'), Susan Sarandon ('Thelma y Louise'), James Marsden ('X-Men') y Liv Tyler ('El señor de los Anillos').

El filme, a caballo entre la comedia y el melodrama, está ambientado en un futuro no muy lejano y narra la historia de Frank, un anciano que vive solo y sufre pérdidas de memoria. Su vida es rutinaria, un tanto destartalada, y la única amistad que tiene es la de una bibliotecaria (Susan Sarandon). En vista de su deterioro, uno de sus hijos (Marsden) decide regalarle un robot para que cuide de él.

La película plantea tres cuestiones relevantes. Aborda una de ellas, la del irreversible deterioro de un enfermo de Alzheimer, pero pasa de puntillas por encima de otras dos: el desarrollo de la tecnología, que tiende a la 'humanización' de los dispositivos, y el abandono al que la sociedad occidental somete a sus mayores. El director reconoce que la relación de los protagonistas y el progreso emotivo y cognitivo de Frank gracias al robot "centran la historia y dejan en un segundo plano estas cuestiones". Una oportunidad perdida.

A partir del relato Los superjuguetes duran todo el verano de Brian Aldiss, Steven Spielberg, en la profundamente maltratada e incomprendida A.I. Inteligencia Artificial (2001), ahondó en la insoportable levedad de ser una identidad sintética en un futuro poblado por una humanidad necesitada de prótesis emocionales. Un amigo para Frank, primer largometraje de Jake Schreier, no adopta un tono tan oscuro y problemático como la película de Spielberg y tampoco facilita acceso a la vida interior de su robótico coprotagonista —que no está programado para sentir, ni, por tanto, para sufrir—, pero su descripción de un futuro a la vuelta de la esquina, donde las máquinas suplen las carencias afectivas humanas, parece el esbozo, más o menos amable, de la distopía propuesta en A.I.

Un amigo para Frank recuerda el tono de esa ciencia ficción humanista que con tanta elegancia practicó Ray Bradbury y que Rod Serling supo canalizar tan bien en series como The Twilight Zone. Frank (Frank Langella) es un anciano víctima del alzhéimer al que uno de sus hijos (James Mardsen) regala un mayordomo androide para que vele por él.

viernes, 1 de febrero de 2013

La imagen del alzhéimer en el cine




En infinidad de ocasiones el cine se ha asomado al dolor y al sufrimiento, a la desmemoria y al vacío de modo que, desde sus inicios y aun sin pretenderlo, ha posado diferentes miradas sobre la enfermedad de Alzheimer, valiéndose del gran arsenal del que este arte dispone.
La alteración del proyecto vital que acompaña a la enfermedad es comprendida y contada a los espectadores a través del cine. Desde la sala de butacas, los espectadores son capaces de identificar y empatizar con los sentimientos que se muestran de forma verosímil aunque no necesariamente reflejen situaciones reales.
El cine se presenta entonces como una posibilidad de acercamiento a una realidad, que como la muerte ha sido temida y escondida en nuestra sociedad hasta hace muy poco. Aun siendo algo objetivo, el análisis de esta realidad no puede ser meramente racional. Las imágenes aportan un saber emocional, simbólico y metafórico, a la vez que concreto y particular.

Para poder comprender el dolor y el sufrimiento ajeno o las distintas opciones que los seres humanos eligen ante la enfermedad o la muerte no es suficiente un acercamiento teórico. Al ser contenidos muy comprometidos emocionalmente, el cine permite ver el sufrimiento con una cierta distancia afectiva, pero implicándose al empatizar con lo visto y oído. En las películas, el componente humano y la vulnerabilidad ante el dolor son trascendentales, y se hace patente el impacto personal, familiar y social de la enfermedad y la muerte. Así, las emociones provocadas por el cine movilizan nuestras creencias y opiniones y facilitan la comprensión racional y afectiva de las experiencias ajenas.
El séptimo arte se presenta como una valiosa herramienta para conocer la enfermedad y generar un conocimiento más profundo y en algunos casos mucho menos dramático,convirtiendose así un instrumento tremendamente útil para pensar críticamente y romper algunos esquemas predeterminados.
Dicho esto, considero interesante mostrar algunos de los titulos  de aquellas producciones cinematográficas que mejor se han ocupado, desde mi punto de vista, de la realidad de la EA. En una proxima entrada ampliaré el porqué de ésta elección.