El cerebro humano podría tener una forma de compensar la acumulación de la destructiva proteína beta-amiliode asociada con el alzhéimer y este mecanismo ayudaría a explicar la razón por la cual algunas personas mayores que tienen depósitos de proteína beta.amiloide no padecen ningún sintoma de la enfermedad.
En el estudio publicado recientemente en la revista Nature Neuroscience participaron 22 adultos jóvenes y 49 adultos mayores sanos, ninguno de los cuales mostraba señales de deterioro mental. Utilizando pruebas de imagen, como la resonancia magnética funcional, los investigadores del Instituto de Neurociencia de la Universidad de California en EE.UU., monitorizaron la actividad cerebral de los individuos mientras memorizaban fotografías de diversas escenas. Los escáneres cerebrales mostraron que 16 de los 49 adultos mayores tenían depósitos de β-amiloide en el cerebro y ninguno de los 22 jóvenes.
Tras ver las fotografías, se pidió a los participantes que recordaran si una de las imágenes se correspondía con la descripción escrita de una escena. También se preguntó a los participantes sobre varios detalles de las escenas que memorizaron. En general, los grupos rindieron igual de bien en las tareas, pero en las personas con depósitos de β-amiloide en el cerebro, mientras más detallado y complejo era su recuerdo, más actividad cerebral se producía. Es decir, el cerebro parecía haber encontrado una forma de compensar la presencia de las proteínas asociadas con la demencia.
La investigación concluye que aunque aún no está claro por qué algunas personas mayores con depósitos de la proteína beta-amiloide pueden compensarlo con partes distintas del cerebro, ello podría relacionarse con los años de actividad mentalmente estimulante
Tras ver las fotografías, se pidió a los participantes que recordaran si una de las imágenes se correspondía con la descripción escrita de una escena. También se preguntó a los participantes sobre varios detalles de las escenas que memorizaron. En general, los grupos rindieron igual de bien en las tareas, pero en las personas con depósitos de β-amiloide en el cerebro, mientras más detallado y complejo era su recuerdo, más actividad cerebral se producía. Es decir, el cerebro parecía haber encontrado una forma de compensar la presencia de las proteínas asociadas con la demencia.
La investigación concluye que aunque aún no está claro por qué algunas personas mayores con depósitos de la proteína beta-amiloide pueden compensarlo con partes distintas del cerebro, ello podría relacionarse con los años de actividad mentalmente estimulante
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